24 noviembre 2006

CIMIENTOS PARA UNA SOCIEDAD DIFERENTE



Por Qué Los Próximos Diez Años Serán Muy Diferentes A Los Últimos Diez
por Sarah van Gelder


Adivina cuál es la ciudad cuyo alcalde ha prometido hacer de su ciudad la más verde de Estados Unidos


¿Estás pensando en Seattle? ¿Portland? ¿Tal vez Boulder u otra ciudad conocida por su ética ambiental?

Prueba con una ciudad atrapada por las autopistas: Los Angeles. El alcalde Antonio Villaraigosa ha prometido plantar un millón de árboles durante su gestión. Mientras los votantes elegían al primer alcalde latino de L.A., estaban aprobando también, por un margen de tres votos contra uno, un proyecto de ley de $500 millones para crear hábitats y humedales, y para capturar el agua de la lluvia para su uso en el riego y la recarga de acuíferos.

Las ideas provenientes del sector ambiental se han vuelto centrales para el futuro de Los Angeles.

Tal vez esto no debería ser una sorpresa. Los Angeles se ha estado chocando con sus límites ambientales a medida que la contaminación del aire, el agua y el suelo compromete la salud de las personas, y se abusa de los recursos energéticos.

Pero a medida que la salud ambiental de la ciudad declinaba, la gente de diversas comunidades de Los Angeles comenzó a actuar. Plantaron árboles para refrescar las veredas y construcciones — y ayudar además a enfriar al planeta, se organizaron para mantener a la basura tóxica fuera de sus vecindarios, ayudaron a salvar las vías fluviales drenadas por la infame sed de L.A., e introdujeron la jardinería orgánica y a los vegetales frescos en sus comunidades desabastecidas.

Este tipo de historias solían encontrarse únicamente en los márgenes de la sociedad. Pero los ecologistas nos dicen que los márgenes son las partes más productivas de los ecosistemas, y que las innovaciones provenientes de las orillas de la sociedad hoy están sembrando el futuro que puede sustentarnos a todos.

A medida que se profundiza la crisis de hoy, estas innovaciones se vuelven cada vez más importantes. Nuestra dirección actual no es sustentable. La crisis ambiental, la creciente brecha entre ricos y pobres, los riesgos de una guerra total — todas estas crisis han estado cobrando ímpetu. En particular:

• Las temperaturas en alza, las capas de hielo que se derriten, los glaciares en retroceso, y las tormentas y ciclos de sequía en aumento, indican que el clima está cambiando en verdad, trayendo resultados que podrían socavar la vida tal como la conocemos.

• La propagación de infecciones resistentes a antibióticos, la gripe aviaria, la tuberculosis, el SIDA/HIV, y la malaria, sucede cuando la pobreza y el desplazamiento se combinan con inversiones inadecuadas o desencaminadas en el área de salud pública.

• Los precios del petróleo en alza y los desabastecimientos regionales sugieren que la extracción de combustibles fósiles podría no mantenerse a la par con el ritmo con el que se incrementa el uso de energía (especialmente con la mayor demanda de China e India), y que la extracción de petróleo podría estar en su pico.

• La economía corporativa globalizada está tratando cada vez más a los trabajadores del Primer Mundo — obreros, mujeres y oficinistas por igual — como han sido tratados los trabajadores del Tercer Mundo por sus empleadores corporativos durante años. La depresión resultante en salarios y beneficios está acelerando la división entre las personas más ricas y aquellas que dependen de su salario para la subsistencia.

• El mundo se ha vuelto un lugar más peligroso como resultado de la invasión de Estados Unidos en Irak y la política exterior unilateral de Washington. La proliferación nuclear también es cada vez más un peligro.

Algunos permanecen hipnotizados a medida que estos golpes llegan uno detrás de otro, y mientras se erosionan los canales democráticos que deberían proveernos los medios para deliberar y decidir juntos un curso de acción.

Pero también algo más está sucediendo. Invisible al radar, ignorado por los medios corporativos, la gente está creando los cimientos para una sociedad diferente. Muchos están trabajando desde los márgenes — esas fértiles y crecientes orillas de la cultura. Algunos de ellos han estado excluidos del sistema y por lo tanto están más libres de sus seducciones, otros están en el interior pero han elegido un camino diferente. En cada sector, están desarrollando formas de satisfacer las necesidades humanas de sustento, seguridad, significado y comunidad — formas que puedan ser sostenidas por la abundancia que la Tierra ofrece y que también protejan esta abundancia para todos nuestros hijos y nietos. Estos nuevos métodos ofrecen un camino hacia un futuro sustentable, uno que podemos elegir tomar o no.

A medida que se acelera la crisis que ha estado construyéndose durante décadas, podemos esperar mayor confusión y búsqueda de dirección. Un cambio de esta magnitud puede ser aterrador, y puede provocar un retroceso mientras la gente anhela la comodidad de un pasado familiar.

Si existe un camino claro hacia delante, sin embargo, nuestras perspectivas mejoran mucho. La claridad acerca de las causas sistémicas de nuestra crisis y las bases sistémicas presentes en las nuevas estrategias, pueden ayudarnos a evitar la culpa y a trabajar unidos más allá de las líneas entre negros y blancos, azules y rojos, religión, cultura, y género, para crear soluciones reales.

Podemos elegir considerar nuestro momento de la historia no sólo como un momento de crisis sino también como uno de oportunidad — un tiempo en el cual juntos podemos ser fundadores de una nueva era. En el tiempo que se aproxima, nuestra elección será cada vez más estricta y extrema; por esto es que los próximos diez años no se parecerán en nada a los últimos diez.

Algunos, intuyendo la amplitud del cambio, lo perciben como un signo bíblico del Final de los Tiempos; la novela en serie de Left Behind (Rezagados) contando el fin de la civilización humana ha vendido millones de copias basadas en esta interpretación.

Pero tal vez éste, más que un tiempo de muerte, sea un tiempo de renacimiento. Quizá estamos abandonando los caminos que constreñían nuestro futuro, como una serpiente que se despoja de su piel, para hallar la amplitud necesaria para crecer en formas nuevas. Tal vez lo que se percibe como desintegración sea el tiempo intermedio entre una era que está finalizando y otra, como dice Vaclav Havel, que lucha por nacer.

En una época de rápido cambio, cuando los lazos que nos han unido a prácticas e instituciones establecidas comienzan a deshilacharse, existen más opciones y también más peligros. Las diez tendencias destacadas en esta edición, décimo aniversario del inicio de YES!, muestran las posibilidades que se revelan mientras nos movemos hacia un futuro que sustente a la vida.