16 marzo 2006

EL PÓRTICO CELESTE DE LA ALEGRÍA


¡Ay! ¿no vienes todavía?, y aquéllos, los nacidos divinos,
continúan viviendo, ¡oh día!, solitarios en lo profundo de la tierra,
mientras una primavera, siempre viviente,
apunta sobre la cabeza de los mortales, sin que nadie la cante.
¡Pero no por más tiempo!
Ya oigo a lo lejos el canto coral del día de fiesta sobre la verde colina
y el eco del bosquecillo,donde se levanta el pecho de los adolescentes,
donde se funde sosegadamente el alma del pueblo
en la más libre canción en honor del dios, al que corresponde la altura,
mas para quien los valles también son sagrados; pues allá donde gozosa
se apresura el agua con creciente juventud entre las flores del campo,
y donde maduran en llanuras soleadas el noble trigo
y los árboles frutales,
se coronan contentos para la fiesta los devotos;
y sobre la colina de la ciudad resplandece,
igual que una vivienda humana,
el pórtico celeste de la alegría.

F. HOLDERLIN