27 marzo 2006

FALLAS DE LA PERCEPCIÓN

Por Deepak Chopra

No hay vida sin conciencia - conciencia y vida son una y la misma cosa. La vida es sinónimo de lo que llamamos espíritu, conocimiento y existencia. Durante los últimos 300 años se pensó que la conciencia era un epifenómeno de la materia física. Esta cosmovisión "reduccionista" asegura que si pudiéramos comprender el comportamiento de las moléculas entenderíamos también que la conciencia es una propiedad emergente; cuando una molécula adquiere cierto nivel de complejidad en su comportamiento, emerge la conciencia de alguna manera.

Esta visión reduccionista se puede explicar de una forma biológica simple... tu páncreas produce jugo pancreático, tu vesícula produce bilis, tu estómago segrega ácido clorhídrico y tu cerebro segrega conciencia. Así, de alguna manera, tu cerebro fabrica conciencia de la misma manera que tu estómago fabrica ácido clorhídrico y tu páncreas jugo pancreático. Este modelo reduccionista se usa en la ciencia y la medicina pero es un modelo sumamente incompleto, es un mapa fallado de la realidad.

Hay tres métodos con los cuales podemos interpretar la realidad. El primero es a través de los sentidos, el oído, el tacto, el gusto, la vista y el olfato. Experimentamos la realidad a través de los instrumentos de observación: "los ojos de la carne". La segunda forma en la que percibimos la realidad es a través del instrumento que llamamos mente: "los ojos de la mente" metafóricamente hablando. Si quiero entender la teoría de la relatividad debo participar de cierta manera en los experimentos que ocurrieron en la mente de Einstein. Si quiero comprender la física cuántica también allí debo tener alguna idea sobre los conceptos matemáticos que en el último siglo ocurrieron en la mente de los científicos. La mayor revolución del último siglo es la física y mecánica cuántica y si estudias la historia de cómo emergió esta ciencia verás que en realidad esta revolución ocurrió primero en la mente de las personas, las observaciones vinieron después.

Con esta revolución llegó la nueva tecnología. Tengo este aparatito increíble: es un teléfono con acceso al correo electrónico y la internet. Podría grabar una conferencia, tomar fotos o video y mandar la información a cualquier lugar del mundo. La información atravesará paredes, árboles, rebotará en un satélite en el espacio, atravesará congestiones de tránsito, cuerpos humanos y en cualquier parte del mundo, en China o en India, alguien puede recibir la información o ver el video.

Esta tecnología se basa en una premisa básica de la ciencia: la naturaleza esencial del mundo material es que NO es material, sino no tendríamos esta tecnología. Podemos surfear la autopista informática en Internet porque lo que llamamos mundo material no es material. Esta tecnología es el resultado de lo que llamamos la revolución cuántica.

Es la segunda manera de examinar la realidad.

Hay una tercera manera de observar la realidad que llega más profundo. Nuestros sentidos nos presentan un nivel muy superficial: esto es una silla, eso es una flor, eso es un ser humano; el nivel cuántico llega mas profundo en la mente de la naturaleza, haciendo más milagroso el mundo. Los ojos de la mente nos llevan a un nivel más asombroso que lo visto a través de los ojos del cuerpo. La tercera forma de ver la realidad es por los "ojos del alma" que nos lleva a profundizar en la naturaleza de la existencia.

Hay una hermosa poesía del poeta visionario Blake:

Nos llevan a creer una mentira
Cuando vemos con, y no a través del ojo
que nació en una noche para perecer en una noche
cuando el alma dormía en rayos de luz.

Es hermoso, pero ¿qué está diciendo Blake? ¿Por qué nos llevan a ver una mentira cuando vemos con el ojo? Lo que está diciendo Blake es lo que cualquier estudiante de percepción te diría hoy: no podemos confiar solamente en la observación sensorial para conocer la naturaleza esencial de la realidad. Durante los últimos 300 años la ciencia se ha basado en nuestros sentidos de observación; pero nuestros sentidos son la prueba menos confiables de lo que llamamos realidad. Mis sentidos me dicen que el suelo en el que estoy sentado es estacionario pero todos sabemos que está girando a una velocidad increíble, viajando en el espacio a miles de millas por hora. Mis sentidos me dicen que desde donde estoy parado, la Tierra es chata. Ya nadie cree eso.

Cuando miro un objeto como una flor y percibo su color y textura, esto no es su cualidad esencial. Las células del ojo de una abeja no perciben la misma longitud de onda de luz que vos y yo y así la abeja tendrá una experiencia completamente diferente de la flor y lo "verá" en una longitud de onda ultravioleta. Un murciélago experimentará la flor como un eco de ultrasonido. Los ojos de un camaleón rotan en dos ejes diferentes así que ¡no nos podemos imaginar ni remotamente cómo ve una flor el camaleón!

Por lo tanto, ¿cual es la naturaleza esencial de la flor? La respuesta depende de quien está mirando: también depende de los instrumentos de observación. Nuestro sistema nervioso es nuestro principal instrumento de observación y, a un nivel simplista, nuestro cerebro responde a la actividad neuronal que se traduce en un código binario de cargas eléctricas a través de las membranas celulares. Si yo pudiera mirar adentro de tu cerebro y ver lo que está pasando, vería esta carga eléctrica vibratoria moviéndose desde afuera hacia el interior de la membrana celular. Cómo ésto se transforma en una flor nadie sabe.

Un gran científico del último siglo, Sir Arthur Eddington, dijo" Algo desconocido está haciendo no sabemos qué". Cuanto más comenzamos a entender la percepción, menos lo entendemos. En realidad, esta flor existe solo en conciencia y existe en un lugar más allá del espacio y el tiempo, y existe como "potencial" antes de que lo observes. El mundo externo no existe como tal.

Todo lo que llamamos universo, árboles, estrellas y galaxias --todo lo que observamos como el mundo externo-- es una traducción de procesos corporales a códigos binarios de fotones a través de membranas celulares en las neuronas. Por eso es que en la tradición Ayurvédica decimos que no estamos en este mundo, el mundo está adentro nuestro. No existimos en el mundo, el mundo existe en nosotros. No existimos en el cuerpo, el cuerpo existe en nosotros. No existimos en la mente, la mente existe en nosotros. Nos curvamos hacia adentro de nosotros mismos y creamos la mente, el cuerpo y el mundo físico. Nosotros lo manifestamos. Estamos fabricando todo: la mente el cuerpo y todo el universo. No estoy hablando filosóficamente o de metafísica oriental, esto es ciencia.

Veamos nuestros sentidos. Mis sentidos me dicen antes que nada que mi cuerpo es físico, anatómico y estático. Pero en realidad el cuerpo nos parece anatómico a través de nuestros sentidos; el cuerpo es como un río que fluye, cambiando constantemente. Tu cuerpo físico que está sentado en una silla leyendo esta revista no es el mismo con el que entraste al cuarto hace un rato. Cuando tomas una bocanada de aire inhalas 100.000.000.000.000.000.000.000 (10 a la 22) átomos del universo. Es una cantidad astronómica de materia prima que entra en tu cuerpo cada vez que inhalas. Cada vez que exhalas, exhalas esa misma cantidad de átomos que se originan en cada célula de tu cuerpo. Por lo tanto estamos todos compartiendo íntimamente nuestros órganos todo el tiempo. Yo estoy respirando todo lo que está dentro tuyo y vos estás respirando todo lo que está dentro mío. Estamos en realidad intercambiando átomos todo el tiempo.

Hoy día es posible computar el número total de átomos en la atmósfera del planeta Tierra. Es posible computar lo que estás inhalando y exhalando en una respiración. Con un poco más de cálculo podemos demostrar sin lugar a duda que en este mismo momento tienes en tu cuerpo físico por lo menos un millón de átomos que estuvieron alguna vez en el cuerpo de Cristo, o de Buda. o Miguel Angel, o Leonardo da Vinci, o Saddam Hussein, o Osama bin Laden o George Bush. Tienes un millón de átomos en este momento que han estado en el cuerpo de cada ser que ha existido desde el momento de la creación. En las últimas semanas, un quadrillón de átomos (quadrillón quiere decir diez seguido de 15 ceros) han pasado por tu cuerpo y han pasado por el cuerpo de todas las demás especies vivientes en este planeta. Por lo tanto, piensa en cualquier cosa en el ecosistema ahora mismo --piensa en un árbol en África, un paisano en China, un taxista en Calcutta, un pequeño niño en Afganistán - y tienes materia prima en tu cuerpo que estaba circulando allí hace tan solo tres semanas. En menos de un año has reemplazado 98% de todos los átomos de tu cuerpo.

A nivel atómico fabricas un hígado nuevo cada 6 semanas; una piel nueva cada 5 días, reemplazas tu esqueleto cada 3 meses y repones la materia prima de tu ADN cada 6 semanas --viene y va como pájaros migratorios. Tu ADN contiene la memoria de millones de años de evolución. Eso es el ADN: el metabolismo de la experiencia. Metabolizamos nuestra experiencia y la registramos como ADN. El ADN ha metabolizado la experiencia de tus ancestros humanos, tus ancestros animales y tus ancestros microbianos.


La molécula de insulina en tu cuerpo es la misma que la molécula de insulina en vacas, cerdos, salmones o microorganismos. ¿Qué es la insulina? Insulina es el conocimiento de como procesar azúcar. Eso es lo que es en la forma de una molécula pero es en realidad conocimiento y ese conocimiento viene desde tiempos inmemoriales. Todo lo que llamamos molécula es en realidad la expresión física de la experiencia. Así es como metabolizamos experiencia, lo registramos en nuestros cuerpos y luego lo transferimos a la próxima generación. Y así es como nuestro ADN recuerda las memorias y experiencias: lo que en Oriente llamamos karma.

Karma es la experiencia acumulada del pasado - toma todo ese karma: tu karma, el de tus ancestros, todo el karma de la creación, y luego lo transfiere --pero la materia prima del ADN viene y va cada 6 semanas como pájaros migratorios. El carbono, el hidrógeno, el oxígeno se reemplazan a sí mismos cada 6 semanas. Si has reemplazado tu entero cuerpo hasta el último átomo en menos de un año, en verdad no eres tu cuerpo. Mi cuerpo que traje conmigo a Inglaterra el año pasado se ha ido, está muerto, no existe más en esta forma, pero está en todos lados. Está circulando en otras formas de vida, mi cuerpo físico está reciclado en la tierra, el agua, el aire, y el planeta se está reciclando a sí mismo incorporando mi cuerpo físico. Así que, lo que yo llamo mí mismo, no puede ser mi cuerpo físico.

En una de sus obras de teatro, Shakespeare dice: "Estamos hechos de la misma sustancia que los sueños". Shakespeare era un gran visionario. Hay un dicho hindú que dice:"El cuerpo es sólo el lugar que nuestras memorias y sueños llaman "hogar" por ahora." Reemplazamos continuamente nuestros cuerpos y sabemos como lo hacemos. Por lo tanto, si la expresión física es nada más que memorias y sueños, cómo reinterpretamos la experiencia de la memoria y los sueños en el cuerpo físico? ¿Como exorcisamos el fantasma de la enfermedad, ya que la enfermedad es en realidad un estado onírico desordenado en la conciencia que se está manifestando en nuestro cuerpo?

¿Qué pasaría si pudiéramos ver al cuerpo como realmente es? ¿Qué veríamos? Antes que nada podríamos ver que está compuesto por átomos, los átomos a su vez están compuestos por partículas subatómicas, y estas partículas subatómicas no son cosas materiales sino fluctuaciones de energía e información que están entrando y saliendo de un vacío infinito a la velocidad de la luz. Si pudiera ver mi cuerpo como realmente es con la ayuda de instrumentos cuánticos, vería que el 99% de mi cuerpo es espacio vacío y que el 1% que aparenta ser material es también espacio vacío, todo está hecho de nada. Cuando voy más allá de la apariencia de moléculas entro en una nube subatómica, voy más allá de la nube y termino con un puñado de nada. La pregunta fundamental que se están haciendo los científicos hoy es, ¿cuál es la naturaleza de este gran vacío de donde venimos todos? ¿Es sólo un vacío o podría ser el útero de la creación? ¿Será posible que la naturaleza vaya al mismo lugar para crear una galaxia de estrellas, un manojo de nebulosas, un bosque templado, un ecosistema, un cuerpo humano o un pensamiento?

¿Vienen del mismo lugar los árboles, las galaxias, nuestros cuerpos, los muebles y este pensamiento? Finalmente, si vamos mas allá del parpadeo de fenómenos electromagnéticos, donde los fotones entran y salen, de dónde están entrando y saliendo? Hay un vacío de donde aparecen, permanecen una fracción de una fracción de una fracción de segundo y luego desaparecen por donde vinieron. Y parece que todo lo que llamamos forma o fenómeno, lo que llamamos observador y observado, viene del mismo lugar, incluyendo nuestros propios pensamientos.

El mundo es una discontinuidad y cada experiencia sucede a causa de esta discontinuidad. ¿Qué significa discontinuidad? Les daré un ejemplo. Si voy al cine veo sobre la pantalla una proyección continua pero cuando voy a la sala de proyección veo que hay una serie de cuadros fijos con pequeños espacios entre medio. Si muevo el carrete suficientemente rápido no puedo ver el "off", sólo puedo ver el "on", así que en conciencia experimento una continuidad. Pero la realidad es que la película es una discontinuidad. Cuando miro la televisión veo una imagen que se mueve de un lado de la pantalla al otro, pero nada se mueve en realidad. Sólo son electrones y fotones que parpadean con cierta secuencia y como yo no puedo ver el "off" y sólo puedo ver el "on", lo veo como una continuidad. Los científicos creen que la percepción es posible gracias a esta discontinuidad. Todas las formas y los fenómenos del universo expresan este "prender" y "apagar" y nuestros sentidos son de tal manera que sólo nos permiten percibir el "on" y no el "off". Pero sin el "off" no tendríamos la experiencia del "on".

Mientras lees esto y por un segundo, presta atención a quien está leyendo. En esa fracción de segundo de percepción alterada ¿sentiste una presencia? Mientras lees te das cuenta de quién está leyendo: bueno, esa presencia es tu alma. No es tu mente que podría estar diciendo "oh me parece que me tomaré un café". Hay una presencia y esa presencia esta en el on/off de tus pensamientos: hay un pensamiento parpadeando en on y off y en ese off hay una presencia. En esa presencia los pensamientos vienen y van. Un pensamiento emerge, se queda por una fracción de segundo y luego se va. Por supuesto que por asociación lleva a otro pensamiento y ese viene y se va. En esa presencia las emociones vienen y van. En esa presencia las percepciones del mundo vienen y van. En esa presencia las moléculas de tu cuerpo vienen y van. En esa presencia todo lo que sucede viene y va.

Sólo la presencia permanece y en las tradiciones orientales lo llamamos el testigo eterno o conciencia. También decimos que la ventana a esa presencia es el espacio entre tus pensamientos. Y esa presencia es un testigo siempre presente de todo lo que viene y va. Cuando eras un bebé tu cuerpo era diferente, tus percepciones eran diferentes, tus pensamientos eran diferentes, tus emociones eran diferentes, pero todo sucedió en la presencia que está ahí ahora mismo y que estaba allí también en ese momento. Cuando eras adolescente todo era diferente y cuando eres un anciano, todo es diferente pero la presencia permanece constante. Esto es tu identidad a nivel del alma donde todo lo demás está transformando y cambiando sus formas y fenómenos. Si pudieras engancharte a esta presencia, eso podría ser tu boleto a la libertad. Esta presencia es lo único real de ti, y si ahondas un poco en esta presencia reconocerás, no intelectualmente quizás pero sí a nivel de experiencia, que la presencia está mas allá del nacimiento y la muerte; hasta el nacimiento y la muerte son el "on" y "off" en esta presencia.

26 marzo 2006

NÚBIKA


NÚBIKA. UN PARADIGMA DEL ARTE
Prof. MIREYA BAGLIETTO

“Acostumbrados a transformar el caos en génesis, sería deseable que los artistas de este nuevo milenio se conviertan en los grandes activadores de los procesos de cambio y transformación”

NÚBIKA, un nuevo paradigma del arte, propone la relación humana / profesional entre diferentes disciplinas del arte (artes visuales, escenografía, danza, teatro, cine, video, arquitectura, etc.) con el fin de crear obras plurales y participativa en el espacio, cuyo sedimento pueda ser aplicado a diferentes áreas del campo social. El trabajo se centra en destacar la mutabilidad, flexibilidad y libertad del arte desde dos de sus aspectos complementarios: la sensibilidad y la racionalidad. A diferencia de una producción personal o grupal, donde el leit-motiv es concretar la propia obra, el objetivo del programa es destacar y desplegar el potencial de transformación del proceso artístico poniendo foco en el vínculo, el intervalo, los inter espacios y en todos los aspectos subjetivos y objetivos que faciliten la integración de estos potenciales en la sociedad. Los alumnos serán estimulados para interactuar en la amplitud de sus capacidades creativas a fin de crear obras espaciales abiertas a la participación activa de diversos grupos sociales. Esta propuesta abre así a una red creativa a desplegarse en la sociedad.


La importancia de NÚBIKA radica en explorar nociones resonantes con los paradigmas emergentes de la ciencia, donde la concepción holista -totalidad no dividida-, supera el concepto de separatividad de tiempo y espacio propio del paradigma mecanicista. Este seminario abre a la comprensión del campo unificado, donde la partícula -y su correlato con el objeto- se complementa con la onda -nuestro trabajo de acción vinculante-. Lo propuesto no es sólo un nuevo proyecto del arte sino también una contribución a los procesos de cambio y mutación necesarios para la supervivencia humana.

Prepararnos para los grandes cambios es tarea de todos, crear los lenguajes para ello es parte de la sagrada misión del arte.

Objetivos:Lograr que el alumno sea capaz de:
Abordar el proceso creativo desde su matriz vinculante con la Creación.
Explorar el pasaje que va de la obra permanente y/o efímera hacia lo transformacional. Desarrollar la mirada como condición protagónica de la creatividad.
Desplegar el arte como vínculo intra, inter y transpersonal.
Trascender la propia especificidad profesional incorporando variables creativas deotras áreas del arte.
Explorar nuevos valores del arte para su aplicación social.
Establecer un correlato con otras disciplinas del arte.
Desarrollar proyectos, documentación y gestión para su concreción.
Formalizar proyectos que estimulen la creatividad plural.

mas información:

NÚBIKA, un nuevo paradigma del arte
Titular: Mireya Baglietto
Adjunta: Edit Strafacio / Ayudantes: Roberto Prieto / Cristina Grillo / Verónica Voi / Pablo Torlaski
Inscripción: 14 al 31 de marzo de 10 a 13 y 18 a 20 hs.Duración: Tres cuatrimestres / 1º Nivel: Jueves de 9 a 12 hs./ 2º Nivel: Miércoles de 19 a 22 hs.
Vacantes limitadas. Ver video en sala de inscripción o ubicando Núbika en:

http://www.iuna.edu.ar/departamentos/d_posgrado/academicas/A_INDICE.HTM

Modalidad del Seminario: teórico / práctico / experimental / vivencial, que pone énfasis en la relación vincular entre la persona, el espacio y la materia (Relación PEM) a fin de plasmar obras interdisciplinarias donde a su vez se activen las mismas cualidades.


Dirección de Posgrado en Artes Visuales "Ernesto de la Cárcova"
Avda España 1701 y Elvira Rawson de Dellepianne (ex Brasil)
Ciudad Autónoma de Buenos Aires - Tel - Fax: 4361-4419

24 marzo 2006

EDGAR MORIN: VIVIR PARA VIVIR

Publicado por Campo de Ideas (España) y distribuido a todas las mejores librerías de América Latina.


La poesía no es sólo una variedad de literatura, es también un modo de vida en la participación, el amor, el fervor, la comunión, la exaltación, el rito, la fiesta, la embriaguez, la danza, el canto, que, efectivamente, transfiguran la vida prosaica hecha de tareas prácticas, utilitarias, técnicas. (...) Fernando Pessoa decía que en cada uno de nosotros hay dos seres, el primero, el verdadero, es el de sus ilusiones, de sus sueños, que nace en la infancia y prosigue toda la vida; el segundo, el falso, es el de sus apariencias, sus discursos y sus actos.

Podríamos decir de otra forma: en nosotros coexisten dos seres, el del estado prosaico y el del estado poético; esos dos seres constituyen nuestro ser, son sus dos polaridades, necesarias una para la otra: si no hubiera prosa no habría poesía, el estado poético no se manifiesta como tal sino en relación con el estado prosaico.

Tenemos necesidad vital de prosa, porque las actividades prosaicas nos hacen sobrevivir. Pero muy a menudo, en el reino animal, las actividades de supervivencia (buscar comida, perseguir la presa, defenderse contra los peligros y los agresores) devoran la vida, es decir el goce.

Hoy, en la tierra, los humanos dedican la mayor parte de su vivir a sobrevivir. Tenemos que actuar para que el estado secundario llegue a primario.

Hay que tratar de vivir no sólo para sobrevivir sino también para vivir.

Vivir poéticamente es vivir para vivir.

UN NUEVO MUNDO, UNA NUEVA PERSONA - por CARL ROGERS


Nuestro mundo está sufriendo una angustiante confusión. Esto bien puede ser la desintegración que precede a la destrucción de nuestra cultura, como consecuencia de una guerra nuclear suicida. No podemos desechar la posibilidad de que estemos aproximándonos a nuestra desaparición. Si ese fuera el caso, creo yo, no habría mucho por decir. Sería tarea para los arqueólogos de un lejano futuro el diagnosticar nuestra enfermedad fatal. Visto de otro modo, el actual caos, el desequilibrio, la confusión, la desintegración de las instituciones y de los gobiernos, sean quizás los dolores provocados por un mundo en gestación. Hay muchas razones para creer que sufrimos los dolores de parto de una nueva era. De ser así, estamos participando también en el nacimiento de un nuevo ser humano, capaz de vivir en esa nueva era, en ese mundo transformado. Es esta posibilidad la que deseo considerar.

¿Cuál es la razón por la cual nosotros, como individuos, como naciones, como culturas, estamos experimentando trastornos semejantes? Estoy convencido de que se debe a una cantidad de significativos cambios de paradigma, que están aconteciendo simultáneamente.Lo inevitable de tales cambios ha hecho estremecer los cimientos de nuestra existencia física, psicológica, económica y espiritual. En cada época hay una visión del mundo generalmente aceptada, un patrón según el cual tanto el científico como el lego explican la realidad así como la perciben. Hoy, en diversas áreas, nos confrontamos no con uno sino con varios cambios de paradigma inevitables. Los antiguos modelos se han desvanecido y esto nos tiene inquietos e indecisos. La realidad como la hemos conocido, el mundo de la materia, el tiempo, el espacio ha dejado de existir, al menos en un sentido fundamental. Nos confrontamos con una misteriosa realidad de energías oscilantes que se manifiestan de manera extravagante. Es ésta una realidad de interconexiones casi místicas, de relaciones que emparentan a todas las entidades, ya sean animadas o inanimadas. Como señalara un gran científico "el universo no se asemeja ya a una gran máquina; se parece más bien a una gran idea".

Y al intentar comprender un universo que es una idea, nos embarga un temor no exento de respeto. Pero la ciencia, que ha sido nuestra principal herramienta para la comprensión, está sufriendo cambios igualmente sorprendentes. Nuestra visión del mundo mediante la perspectiva científica lineal de causa-efecto ha sido excesivamente sobrevalorada. Esta ciencia es vista hoy como parte de una noción mucho más amplia.

El mundo, en especial, el mundo biológico, es considerado comprensible sólo en el contexto de causas y efectos en mutua interacción. El conocimiento se ha tornado mucho más complejo. Además, la tan mencionada ley de entropía, del deterioro, es aceptada sólo como una de las caras de la moneda. La otra cara, más brillante, es una tendencia formativa, una capacidad para el cambio creativo y repentino hacia nuevos y más complejos estados.

La hermosa simplicidad de la ciencia se ha convertido en una "ciencia de la complejidad" que se asemejan más a las nociones de los místicos de Oriente que a la mecánica newtoniana. El hombre mismo no puede seguir siendo considerado como una gran computadora, un manojo mecánico de estímulos y respuestas. Nuestra concepción de la persona se enfrenta a drásticos cambios. Tal persona posee potencialidades inimaginadas hasta ahora. La inteligencia no consciente del ser humano demuestra vastísimas capacidades.

Puede controlar funciones corporales, puede curar enfermedades, puede crear nuevas realidades. Puede adentrarse en el futuro, ver cosas a enorme distancia, transmitir ideas directamente.

Tal persona está logrando tanto una nueva conciencia de su fortaleza y poder, como el reconocimiento de que lo único constante en la vida es el proceso de cambio.Todo indica que debemos percibir al individuo como una persona en constante transformación, una persona trascendente. Este es un nuevo mundo hacia el que inevitablemente nos desplazamos. Un mundo en el cual la realidad, según la hemos conocido, ha desaparecido; en el cual la ciencia, según la hemos conocido, se ha tornado parte de una totalidad mucho más misteriosa y mística; en el cual el individuo como máquina comprensible de músculos, nervios y cerebro, ha cedido su lugar a un misterioso ser con increíbles capacidades y en constante transformación.

No es de extrañar entonces que estemos confusos, entre arrogantes y aterrorizados, caóticos en nuestras intenciones, en medio de cambios sociales que parecen fuera de nuestro control. Nos confrontamos a una combinación de cambios de paradigma que puede ser más poderosa que todo lo hasta hoy conocido en la historia del hombre. Las posibilidades tanto de quebrantamiento como de una existencia plenamente creativa son enormes.

Una nueva persona

¿Quiénes serán capaces de vivir en este nuevo mundo, completamente diferente? Creo que serán aquellos jóvenes de mente y espíritu. Ellos serán los capacitados para vivir en el mundo del mañana, acompañados por adultos que hayan comprendido los conceptos de semejante transformación. No todos, por supuesto.

Oigo decir que la juventud actual sólo está interesada en el empleo y la seguridad, que no son personas que se arriesguen e innoven, tan sólo conservadores en pos del "primer puesto". Posiblemente sea así en parte, pero ciertamente no lo es respecto de la gente joven con la que yo tengo contacto. Estoy seguro que muchos continuarán viviendo en el mundo actual y sólo un grupo limitado lo hará en este nuevo mundo del mañana.


¿De dónde provendrán? Observo que ya han comenzado a nacer. ¿Dónde los he encontrado? Entre los ejecutivos que han abandonado la carrera de ratas y desdeñado las tentaciones de los altos salarios y las finanzas para vivir una nueva vida, mucho más sencilla.

Los encuentro entre hombres y mujeres que desafían la mayoría de los valores de la cultura actual para vivir según nuevas maneras.

Los encuentro entre sacerdotes, monjas y, ministros religiosos que han dejado atrás los dogmas de sus religiones, para vivir de un modo que tenga mayor significado. Los encuentro entre las mujeres que vigorosas se alzan por encima de las limitaciones que la sociedad les impone. Entre las minorías que están emergiendo, después de generaciones de pasividad, a una vida más afirmativa y positiva. Los encuentro entre aquellos que han participado de experiencias grupales, hallando un lugar para los sentimientos, así como para los pensamientos en sus vidas. Los encuentro entre los estudiantes creativos, que han abandonado las escuelas para encontrar metas más elevadas que las permitidas para una estéril escolarización. Los encuentro gestándose en los talleres internacionales e interculturales que han sido parte destacable de mi pasado inmediato.

Allí, en un ambiente centrado en la persona, están desarrollando un sentido de comunidad basado en la confianza y el respeto, creando armonía en la diversidad, una armonía que caracteriza a este nuevo mundo. Están tejiendo redes de enlace interculturales del tipo que Marilyn Ferguson (1980) ha descrito intensamente. Es por cierto una "conspiración acuariana" en que la multitud de gente congenial de todo el mundo está "conspirando" junta, respirando junta, descubriendo que perciben la vida de un modo fundamentalmente nuevo.

Sus cualidades

Al estar en contacto con estos individuos, he hallado ciertos rasgos en común. Tal vez ninguno de ellos posea todas estas cualidades juntas, pero creo que la habilidad para vivir en este extremadamente revolucionado mundo del mañana, está definida por ciertas características. Describiré algunas brevemente, según yo la he percibido y experimentado. Tales personas viven la vida como un proceso, como un torrente de energía, una transformación. La vida rígida, estática, no les atrae. Viven en una confortable relación con la naturaleza, un responsable parentesco con el entorno. La "conquista de la naturaleza" les resulta un concepto aborrecible. Estas personas consideran que el poder sobre los demás es simplemente otra forma de conquista, igualmente aborrecible e inaceptable. Su meta es reforzar el poder del individuo, compartir el poder en proyectos comunes. Como una faceta de su parentesco con la naturaleza, experimentan su parentesco con las demás personas. Esta relación sienta las bases para la conformación de comunidades a escala humana y para afrontar con flexibilidad los problemas comunes. Estas personas rehúsan vivir en un mundo compartimentalizado: cuerpo y mente, salud y enfermedad, intelecto y sentimientos, ciencia y sentido común; grupo e individuo, cordura y locura, trabajo y esparcimiento. Luchan más bien por una vida totalizadora, donde pensamiento, sentimiento, energía física, energía psíquica y energía curativa estén integrados en la experiencia. Tales individuos son fundamentalmente indiferentes a las posesiones materiales, al confort y a las recompensas. El dinero y los símbolos del status material no son su meta. Son investigadores, su búsqueda es, por naturaleza, esencialmente espiritual. Son conscientes y están influenciados por ritmos del universo. Están a sus anchas con la energía psíquica, con las experiencias místicas y meditativas. Desean hallar un propósito y un sentido que trascienda lo individual. Estas personas están abiertas al mundo interior y exterior. Están abiertas a la experiencia, a nuevos modos de percibir, a nuevas maneras de ser, nuevos conceptos e ideas y a un nuevamente descubierto mundo de sentimientos. Encuentro que estas personas valoran la comunicación como un medio para juzgar las cosas como son. Rechazan la hipocresía, el engaño y la ambigüedad de nuestra cultura. Estas personas son solícitas, deseosas de ayudar a todos cuando hay necesidad. La suya es una atención gentil, sutil, no moralista. Desconfían de los profesionales de la ayuda. Tales individuos manifiestan su antipatía por cualquier institución burocrática, inflexible y sumamente estructurada. Consideran que las instituciones han de existir para la gente y no lo contrario. Estas personas confían en sus propias experiencias y desconfían profundamente de la autoridad externa. Hacen sus propios juicios morales aun desobedeciendo aquellas leyes que consideran injustas.

Su vida está fundamentada en una filosofía coherente: una confianza básica en la naturaleza, constructiva del organismo humano, el respeto por la integridad de cada persona, la convicción de que la libertad de elección es esencial para una existencia plena, la creencia en que la comunicación armoniosa entre los individuos puede ser favorecida, un reconocimiento de lo esencial que es la comunidad íntima para el desarrollo de nuestra vida. Estas son algunas características que observo en estas nacientes personas nuevas. Soy bien consciente que pocos individuos poseen todas estas características y sé que estoy describiendo a una pequeña minoría del total de la población. Lo sorprendente es que personas con tales características se sentirán muy cómodas en un mundo que consiste sólo en energías vibrantes, un mundo sin bases sólidas, un mundo en el cual la mente, en su sentido más amplio, sea simultáneamente consciente y creadora de la nueva realidad. Serán capaces de vivir con los diversos cambios de paradigma.

¿Podrán sobrevivir?

La tasa de mortalidad infantil entre quienes se diferencian tajantemente de sus culturas, los que llevan en sí mismos el fermento de una revolución de los estilos de vida, ha sido siempre bastante alta. ¿Podrán sobrevivir estas nuevas personas? Sin duda, se enfrentarán con una considerable oposición. En ciertas culturas serán oprimidos y se intentará suprimirlos de diversas maneras. Significarán una amenaza para las organizaciones burocráticas (el estado, por ejemplo) puesto que sus valores son diferentes, porque pretenden participar en las decisiones que los afectan, porque se reservan el derecho de elaborar sus propios criterios éticos. Serán menospreciados por la mayoría de nuestras instituciones educativas, pues tales personas otorgan a los sentimientos la misma importancia que al intelecto, porque desafían las tradiciones y por lo tanto no pueden ser convertidos en dóciles conformistas.

Serán un rompecabezas para las corporaciones y el mundo de los negocios, pues no aceptan ser controlados mediante promociones en las escalas de salarios y porque, para ellos, las personas tienen prioridad a los beneficios materiales. Serán inadaptados en esta cultura tecnológica que enfatiza su intento de adaptar al hombre a la máquina y pretende devorar a todo lo natural, para escupir luego los subproductos tóxicos sin ninguna consideración para con las generaciones venideras.

Las nuevas personas incomodarán enormemente a los seguros poseedores de la verdad. El "verdadero creyente", sea un dogmático de izquierda o de derecha, no puede aceptar ni comprender a la persona abierta siempre en la búsqueda, porque no cree poseer todas las verdades. Tales personas asustarán a muchos de nosotros, pues presagian cambios radicales y la posibilidad de cambio provoca el terror y la furia de muchos. No; las nuevas personas no tendrán una época fácil. Su infancia será un tiempo de esfuerzos y penas. Pero poseen un elemento que alimentará su fortaleza. Es el hecho de estar del lado del futuro; pueden vivir cómodamente ante la perspectiva de cambios fantásticos. La física teórica no podrá ser suprimida. El bio-feedback tenderá a progresar, no a desaparecer. Los conocimientos sobre modos de desarrollar el potencial humano seguirán acrecentándose. Los nuevos métodos científicos no se vaporizarán. Los grandes cambios en nuestra percepción del universo están aquí. Nos desafiarán querámoslo o no. Nos cambiarán. Y aquellos que logren desenvolverse en tales nuevos modelos, tendrán una gran oportunidad de supervivencia. A menos que nos autodestruyamos; nos deslizaremos inevitablemente hacia un mundo nuevo, a pesar de todas las actuales perturbaciones. Desearía bocetar mi sueño por muy idealista que parezca acerca del mundo hacia el que nos dirigimos. Este nuevo mundo será más humano y humanitario. Explorará y desarrollará la riqueza y capacidades del espíritu humano. Generará individuos más integrados y totales. Será un mundo que valore a la persona, el más grande de nuestros recursos. Será un mundo más natural, con un renovado amor y respeto por la naturaleza. Desarrollará una ciencia más compleja y más humana, basada en nuevos y menos rígidos conceptos. Su tecnología estará encaminada a mejorar al ser humano, antes que a explotar la naturaleza y a las personas. Liberará la creatividad a medida que los individuos confirmen su poder, sus capacidades, su libertad.

Los vientos de cambio cultural, social y científico están soplando vigorosamente. Las enormes perturbaciones de la sociedad contemporánea forzarán la transformación hacia un sistema nuevo, más coherente. Un renovado amor por la naturaleza y por cada persona, una comprensión de la unidad espiritual del universo, parecen emerger con esa nueva visión del mundo. Avizoro un mundo donde haya un lugar para una persona más completa e integral. Esta es, al menos, mi más profunda esperanza.

LA GENERACION "V"


Libro
Cuando los jóvenes venían marchando

Buenos Aires, (Télam).- En "La generación V -- La insurrección contracultural de los años 60" (Emecé), el periodista Miguel Grinberg recorre ese fenómeno para seguir luego con el rock insubordinado de los 70, la conspiración acuariana de los 80, la actitud ecologista de los 90, además de interrogarse por los jóvenes del nuevo milenio. "Quienes protagonizamos los años 60 sabemos que constituyeron una década revolucionaria en el sentido de `un cambio importante de las cosas`", apuntó Grinberg en una entrevista con Télam. Aunque al mismo tiempo, el autor verifica el rol jugado por los jóvenes que "apostaron a la utopía de la violencia y al revolucionismo armado", el ensayista centra su discurso en los resultados del "torbellino (contra) cultural pacífico que agitó a toda una generación". Grinberg sostiene que esos años "actuaron como una divisoria de aguas, como uno de esos trazos originales profundos que mucho tiempo después permiten definir un `antes` y un después`".

Editor en aquel entonces de revistas de vanguardia como Eco Contemporáneo, Contracultura y Mutantia, Grinberg destacó que "fueron los años de la Beatlemanía, la prensa alternativa, la antipsiquiatría, las comunidades internacionales, el rock, las universidades libres, el movimiento pacifista, el poder negro, los hippies y la psicodelia", entre otros "fenómenos epocales". Y recordó acontecimientos que dejaron una marca en ese período como el festival de Woodstook, el Mayo francés o la primavera de Praga. "Por primera vez en la historia humana -subrayó-, tomamos una dimensión planetaria, aunque esa energía no fue suficiente para transformar la sociedad. Nos quedamos en el ritual".

En el libro, recién publicado por Emecé, "me interesó rearmar un mosaico generacional que estaba disperso, para repasar todo lo que significó en distintas áreas como la música, el cine, la poesía", mencionó Grinberg, abocado también a la ecología, ya que fue cofundador de la Red Nacional de Acción Ecologista y del Pacto de Acción Eco-social de América Latina. "La generación V", incluye un diálogo inédito con el crítico de arte Jorge Romero Brest, una de las figuras emblemáticas de aquella época en la Argentina, "que cierra el libro como el epitafio de toda una generación". ¿Y ahora qué?

Esta pregunta que el libro incorpora de una manera tangencial, es tomada por el autor con un slogan: "un mundo mejor es posible". Al respecto, Grinberg aludió a "un jardín interno que hay que cultivar", que refiere en otras palabras a "la añeja consigna de la expansión de la conciencia, de la existencia".

"Pero es un tiempo en el que no hay referentes personales... aunque hay muchos que leen a Osho (Bhagwan Shree Raneesh 1931-1990)", un pensador y maestro indio cuya obra permite digerir a Freud, Buda, Confucio, Gurdjieff y Tagore.

Durante 30 años "hubo distintas manifestaciones contra el sistema, que fueron neutralizadas porque se convirtieron en moda. Ahora todo es mas invisible, hay fenómenos que pasan más desapercibidos, se encuentran en Internet", aseguró Grinberg. Por ejemplo, "las ciudades del futuro, un movimiento que reune a mucha gente en el desierto de Arizona (Arcosanti), en la India (Auroville), en Escocia (Findhorn)". Pero se puede vivir de otra manera, consideró Grinberg. "Con justicia social, respetando la ecología, en comunidades que aplican el principio de horizontalidad, donde se actúa cooperativamente, no hay jerarquías y cada uno es responsable de sí mismo". Aún así, para este pionero del periodismo alternativo, "se viven tiempos difíciles. La sociedad de consumo se ha vuelto algo inviable y el mundo de manera inevitable debe aprender la frugalidad o sino -auguró- vendrá el apocalipsis". "Al hablar de la generación V, algunos aluden a los victoriosos y otros a los vencidos. Pero también hay los que mencionan a una generación de visionarios, convencidos de la necesidad de sembrar semillas para el porvenir. A pesar de la incertidumbre, otro mundo es posible", concluyó Grinberg.



23 marzo 2006

¿QUE ES LA VIDA?




Escribe: Leonardo Boff

La convención organizada por la ONU sobre la biodiversidad biológica, que se está celebrando estos días de marzo en Curitiba, desde cierto punto de vista es tan importante o más que la de Rio de Janeiro de 1992. Entonces se trataba de ver la relación entre desarrollo y medio ambiente. Se oficializó la expresión desarrollo sostenible. Pasados más de diez años se ha constatado que el desarrollo habido se ha mostrado absolutamente insostenible porque prácticamente todos los indicadores ambientales empeoraron. Se ha comprobado que la lógica de este tipo de desarrollo lleva consigo la devastación ecológica y la creación de desigualdades sociales.


Ahora la humanidad está dándose cuenta lentamente de que ese desarrollo puede amenazar la vida de Gaia y el futuro de la humanidad. Por eso el tema más urgente y fundamental es: ¿cómo garantizar y salvar la vida? En este contexto conviene que reflexionemos brevemente sobre lo que es la vida. Las respuestas consagradas dicen que proviene de Dios o que está habitada por algo misterioso o mágico.

Pero nuestra visión cambió radicalmente cuando en 1953 Crick y Watson descifraron la estructura de una molécula de ácido desoxirribonucleico (ADN) que contiene el manual de instrucciones de la creación humana. La molécula de ADN consiste en múltiples copias de una única unidad básica, el nucleótido, que se presenta bajo cuatro formas: adenina (A), timina (T), guanina (G) y citosina(C). Este alfabeto de cuatro letras se desdobla en otro alfabeto de veinte letras que son las proteínas, formando el código genético que se presenta en una estructura de doble hélice o de dos cadenas moleculares.

El código genético es igual en todos los seres vivos. Watson y Crick concluyeron: «La vida no es más que una vasta gama de reacciones químicas coordinadas; el "secreto" de esta coordinación es un complejo y arrebatador conjunto de instrucciones inscritas químicamente en nuestro ADN». (Cf. DNA, Companhia das Letras 2005, p. 424). Con este descubrimiento la vida fue introducida en el proceso evolutivo global. Después de la gran explosión del Big bang hace quince mil millones de años, la energía y la materia liberadas se fueron expandiendo, densificando, haciéndose más complejas y formando nuevos órdenes a medida que el proceso avanzaba. Después que se alcanzó un nivel alto de complejidad de la materia irrumpió la vida como un imperativo cósmico. La vida representa, pues, una posibilidad presente en las energías originarias y en la materia primordial. La materia no es «material» sino un campo altamente interactivo de energías.

Este evento maravilloso ocurrió en un minúsculo planeta del sistema solar, la Tierra, hace 3.800 millones de años. Pero la Tierra no tiene, según el premio Nóbel de medicina Christian de Duve (1974), la exclusividad de la vida. En su libro Polvo Vital escribe: «El universo no es el cosmos inerte de los físicos con una pizca extra de vida por precaución. El universo es vida con la necesaria estructura a su alrededor. Consiste en billones de biosferas generadas y sostenidas por el resto del universo». (Objetiva 1997, p.383).

No necesitamos recurrir a un principio trascendente y externo para explicar el surgimiento de la vida. Basta que el principio de complejidad y de auto-organización de todo, el principio cosmogénico, haya estado presente en aquel puntito primordial -que primero se inflacionó y luego explotó-, creado, sí, por una Inteligencia suprema, un infinito Amor y una eterna Pasión. La vida, la mayor floración del proceso evolutivo, hoy está amenazada; de ahí la urgencia de cuidarla.

NO TE AFLIJAS, HAFIZ





No te aflijas: la belleza volverá a encantarte con su gracia;
tu celda de tristeza se trocará en un jardín de rosas.
No te aflijas: tu mal será trocado en bien;
no te detengas en lo que te inquieta,
pues tu espíritu conocerá de nuevo la paz.
No te aflijas: una vez más la vida volverá a tu jardín
y pronto verás, ¡oh cantor de la noche!
una corona de rosas en tu frente.
No te aflijas si, algún día,

las esferas del cosmos no giran según tus deseos,
pues la rueda del tiempo no gira siempre en el mismo sentido.
No te aflijas si, por amor,
penetras en el desierto y las espinas te hieren.
No te aflijas, alma mía,
si el torrente del tiempo arrastra tu morada mortal,
pues tienes el amor para salvarte del naufragio.
No te aflijas si el viaje es amargo,
no te aflijas si la meta es invisible.
Todos los caminos conducen a una sola meta.
No te aflijas, Hafiz,
en tu rincón humilde en que te crees pobre,
abandonado a la noche oscura,
y piensa que aún te queda tu canción y tu amor.

- Hafiz

Poeta persa (1325-1390), también conocido como Xems-ed-Din,
una de las glorias de la literatura de Persia.

NUEVO "ESTADO DE GRACIA"




La existencia humana es moldeada por dos pulsiones supremas: la vida y la muerte. Que en la era actual se entrelazan con dos procesos mentales dramáticos: por un lado, el esfuerzo del individuo para afirmar su identidad a medida que toma consciencia del potencial evolutivo de su especie y, por el otro, la presión masificadora del Estado moderno, convertido en una maquinaria deshumanizante.

Escribe: Miguel Grinberg

Así como en la antiguedad el clan, la tribu, la aldea y la comarca (hoy se diría la "biorregión" o la "eco-cultura") constituían el marco operativo real donde se desarrollaban los potenciales de sus miembros, así en la modernidad las inmensas ciudades y sus opacos suburbios, los núcleos fabriles y la trama de oficinas administrativas promovieron la configuración de un hombre-masa ajeno a su propia naturaleza y divorciado del orden universal.

Según el psicoanalista Erich Neumann, "la convulsión social que se abatió sobre el hombre moderno y en cuyo centro borrascoso hoy nos encontramos llevó, con su conversión de todos los valores, a una desorientación del individuo y del todo, cuya repercusión experimentamos y sufrimos diariamente, tanto en términos políticos, en la vida colectiva, o en la vida individual. (...) El ego del hombre moderno que se entregó de esa manera, sucumbe a un proceso reaccionario de masificación y es victimizado por la sombra colectiva, por un hombre-masa que está dentro de él. Mientras que en una psique integrada, el elemento negativo posee un lugar significativo, como descomposición y como muerte, vuelto caos y materia prima toma el peso del plomo y demuele el crecimiento: fragmenta la psique y con un ego derrotista y regresivo se convierte en un cáncer y un peligro nihilista. Con la desintegración de la consciencia del ego, todas las posiciones construidas en el curso del desarrollo humano son destruidas regresivamente, como en una psicosis" .

En esta vorágine de acontecimientos colectivos patéticos, reflejados sin cesar por los programas de "noticias" de la radio y la televisión, los titulares de la prensa amarilla, la corrupción de las clases dirigentes, el activismo impotente de multitudes no resignadas a ser tratadas como material descartable, la violencia de grandes sectores de la juventud agobiada por el tedio y el sinsentido de haber nacido en una sociedad deformada, las toxicomanías expansivas, la delincuencia irracional y guerras civiles de todo calibre, el hombre-masa se solidifica y se contrapone a la formación y al desarrollo de la consciencia y al mundo de la cultura, y pasa a ser irracional, letalmente emotivo, antiindividual y destructivo. Y en el sentido más negativo del término "arcaico" pierde los lazos que lo identificaban con su ser solidario y adquiere matices de hombre-bestia. El propio anonimato del individuo masificado intensifica el accionar de su lado sombrío y desata una infinidad de rituales sádicos.

Cada vez más gente advierte que una portentosa transformación tiene lugar actualmente de modo simultáneo en el seno de la humanidad, en la configuración del planeta Tierra y en el contexto del universo. El orden de los factores no altera la epopeya. Si bien quienes la perciben todavía constituyen una minoría, ello no la descalifica. Su relevancia excede el lenguaje y sobrepasa la imaginación. Pasa inadvertida para las muchedumbres, pero desde hace más de medio siglo viene siendo advertida en diversas latitudes por hombres y mujeres que captan en general sus dinámicas e intuyen en particular sus perspectivas. Se trata al mismo tiempo de una convulsión terrenal dramática y de una revelación espiritual evolutiva. Quienes la han estudiado llegaron a la conclusión de que la mentalidad y la estructura con que hoy toman decisiones las principales instituciones políticas, económicas y religiosas son inadecuadas para resolver los crecientes problemas de desequilibrio, creados tecnológica y organizativamente durante la Revolución Industrial del mundo occidental.

Al abordar la eclosión de un modo de pensar en sintonía con esta inédita circunstancia, el científico Allerd Stikker resaltó que "se basa en una sofisticada percepción de la potencialidad de una inminente transformación del proceso evolutivo de nuestro planeta dentro de los venideros cincuenta años, y en la necesidad de reconocer las condiciones imprescindibles para que se produzca tal modificación: restaurar la armonía individual y el equilibrio dinámico de la humanidad en relación con la naturaleza a escala local y global" .

TECNOESFERA

Durante los últimos doscientos años, las sociedades científica y tecnológicamente más avanzadas violentaron sin remordimientos el orden natural mediante la implantación desmedida de establecimientos industriales, emporios químicos y maquinarias emisoras de gases tóxicos, que constituyeron una tecnosfera expandida destructivamente a expensas de la biosfera y la atmósfera. Con la expansión de las ciudades y el asfalto desaparecieron miles de kilómetros cuadrados de bosques vírgenes y llanuras aptas para el cultivo. Efluentes nocivos artificiales de gran potencia fueron desagotados sin límite en ríos, mares y océanos. Compuestos sintéticos peligrosos se incorporaron al mundo vegetal sólo en función de los intereses lucrativos de enormes emporios agroalimentarios. Metrópolis y megalópolis crecieron y se mantuvieron demandando más y más energía eléctrica, combustibles derivados del petróleo y agua potable, emitiendo al mismo tiempo gigantescas masas de desechos perniciosos, efluentes cloacales, polución térmica y perturbación psíquica. El advenimiento de la Edad Atómica —iniciada como recurso de guerra extrema y seguida como industria nucleoeléctrica— aportó un lastre fatídico de basura radiactiva para la cual no existe solución técnica, salvo aislarla durante decenas de miles de años.

Fue así que durante los siglos XIX y XX, la mentalidad y el formato para la toma de decisiones desde los centros de poder políticos y económicos de Europa y Estados Unidos (el Occidente cristiano) —desembocando en una especie de feudalismo electrónico— fue adquiriendo matices impropios e incapaces de encarar y resolver serios desequilibrios provocados por la innovación tecnológica y el desarrollo organizativo del mundo capitalista.
El geoteólogo Thomas Berry lo expresó de este modo: "Tenemos que reinventar al ser humano. Y, en cierta forma, tenemos que reinventar a la Tierra. Pero nosotros todavía no podemos hacer lo que se necesita hacer, solamente la Tierra puede hacerlo. Las fuerzas de la vida devolverán una cantidad asombrosa de las cosas más maravillosas del planeta solamente si les permitimos que funcionen. Así como es el mundo exterior, así es el mundo interno. Si destruimos el mundo exterior, destruimos nuestro mundo interno. Y el no entender eso y heredar un mundo degradado, un planeta degradado, produce humanos degradados. Y humanos degradados continuarán degradando mucho más el planeta. Ahora hay algo de lo que hablo con frecuencia. Lo denomino momentos de gracia . Diría que existen momentos cosmológicos de gracia . Esta palabra se usa generalmente en un contexto religioso, pero pienso que esos grandes momentos en el universo, cuando el futuro fue determinado en una forma muy profunda –momentos cuando estaba también al borde de la catástrofe–, son momentos de gracia" .

En consecuencia, nuestra especie enfrenta una disyuntiva extrema: evolución o extinción. No se trata de de un argumento fantasioso. Todo se encuentra en estado de convulsión: el clima, el entorno natural terrestre, las sociedades humanas y los individuos en el planeta entero. Pero a diferencia de los ocasos irreversibles que en el pasado borraron de la realidad a una notable cantidad de culturas y civilizaciones en latitudes diversas, ahora está en juego la totalidad del globo que habitamos.
A pesar de las abundantes evidencias al respecto y de la gravedad de la situación, la cantidad de personas que se detiene a considerar los matices de esta encrucijada histórica es reducida. O sea, no se trata de una percepción multitudinaria. Mas bien constituye una consciencia de minorías, pues la multitud oscila entre la indiferencia y el aturdimiento.

Esto último no es accidental. Ocurre como resultado de un proceso de insensibilización social metódicamente programada durante el último siglo y que constituye el eje de la llamada sociedad de consumo . Que consiste en una hipótesis de "abundancia" y "plenitud" adquisitiva apuntada a convertir a toda la humanidad en una pléyade de consumidores y contribuyentes impositivos. La falacia que se oculta detrás de esta monumental manipulación colectiva es conocida como tecnocracia, o sea, una forma de gobierno mundial según la cual el control es ejercido por una selecta élite de burócratas y políticos apoyados en un sistema diseñado por técnicos y científicos y manipulados por una vasta trama de clanes corporativos, cuyos economistas manejan financieramente la totalidad de nuestro planeta.

Berry destaca también que la última década del siglo XX podría considerarse como un momento de gracia porque a partir de entonces estamos despertando de una fase destructiva y ahora hay posibilidades que no existían hace diez años, o aun hace cinco años. Si estas posibilidades pudieran ser activadas a un orden profundo de magnitud, podríamos comenzar con lo que él denominó la Era Ecozoica . Hemos tenido la Paleozoica, la Mezozoica y la Cenozoica, y a él le gusta hablar acerca de la Ecozoica como el próximo período, en el que los humanos se presenten al planeta en un mutuo acrecentamiento: "En unos cuantos años mi generación ha destruido más que todas las anteriores generaciones puestas juntas. Hemos devastado el planeta. Eso es una enormidad. Lo importante ahora no es lo que ha acontecido en el pasado, a pesar de que sí necesitamos saberlo. Es mas bien cómo vivir en el futuro, cómo desarrollar una forma de ser creativo en cada fase de la vida para que pueda existir un futuro viable, un futuro que tendrá un ingreso que evocar las energías psíquicas que necesitamos para poner adelante un vasto esfuerzo creador. Si entramos juntos en la dinámica del saneamiento total del universo y del planeta, se puede hacer".

El siglo XX fue al mismo tiempo una cumbre y un abismo. Durante su transcurso, la humanidad logró remontarse a niveles descomunales de su potencial inventivo en el campo tecnocientífico. Pero al mismo tiempo se desbarrancó hacia zonas espantosas de barbarie, donde el genocidio y la destrucción del entorno natural dejaron hondas cicatrices en la conciencia colectiva. Nominalmente, se superaron infamias de siglos precedentes, como el colonialismo y la esclavitud, pero en realidad aparecieron otras dinámicas totalitarias que siguieron destrozando la existencia de generaciones enteras en numerosas latitudes del globo.

Nuestro planeta, la humanidad y el cosmos, son al unísono parte de la totalidad de un proceso universal dinámico, coherente e interactivo. Se trata de un vínculo libre de jerarquías, lo cual significa que el ser humano posee dones especiales pero no se encuentra por encima de la naturaleza: es parte de ella. La vida terrestre mantiene una conexión expansiva con la energía del universo y es en su propio contexto físico, mental y espiritual que el individuo evolutivo se asume como parte integral del proceso que lo abarca, refinando sin cesar sus potenciales de intuición y espontaneidad.

Es así como se consolida la evolución humana: con marchas y contramarchas constantes. Pero ahora, el "estado de gracia" no emana de una revelación sobrenatural ni de la proclama irresistible de un profeta iluminado. Si bien hasta aquí, el proceso evolutivo de nuestra especie fue inconsciente y ocurrió como parte de los ciclos que se aprecian desde siempre entre el cielo y la tierra, a partir de ahora nuestra marcha evolutiva será consciente , asumida paso a paso por todos los que se sientan —genética y espiritualmente— convocados para ello. Como antesala de una edad nueva, y en sintonía con las energías supremas de la creación.

NOVEDAD EDITORIAL

Publicado por Deva's (Longseller) Buenos Aires, Argentina.

HUMANIDAD XXI




Desprovisto de espiritualidad,
el individuo está condenado a la intrascendencia.

Escribe: Miguel Grinberg *

Pese al caos socio-económico-cultural que impera en el mundo, fluye nítidamente (para quien se predisponga a discernirlo) un manantial de vivencias trascendentales. Nada de ello puede definirse como "sobrenatural", "paranormal" o "parapsicológico", ni como "estado alterado de la conciencia". Se trata de nuestra fibra espiritual suprema, hoy en vías de florecer sin condicionamientos, en un mundo donde cada día hay más instituciones o sectas disputando la titularidad de Dios, y más individuos agobiados por una trivialidad atroz.

Cada ser humano, al nacer, es depositario de un potencial divino que raras veces desarrolla en la medida entera de sus posibilidades. Algunos pocos individuos logran llevar al máximo tal don natural, simplemente porque toda la cultura moderna —y por consiguiente, toda la sociedad— está orientada hacia otras latitudes de la experiencia vital, en su mayoría periféricas, superficiales, agónicas. Así, en la profundidad del alma humana, queda enquistada una gema que se atrofia o aborta en cuanto a sus potencialidades vivenciales, visionarias y transformacionales. Sabido es que todo órgano —tanto físico como espiritual— que no se pone en funcionamiento, termina atrofiándose.

Otras personas, fragmentariamente, por vocación, por circunstancias azarosas o por leves atisbos de lucidez, llegan a transitar algunos senderos del conocimiento profundo y perenne que se anida en nuestra especie. Ello les permite vislumbrar el manantial supremo de la existencia, aunque sólo paladean fugaces gotas del mismo: jamás se zambullen en su cauce. Demandas materiales, familiares o sociales acaban absorbiendo su atención, al punto de no permitirles ir más lejos en sus intuiciones del cosmos íntimo.

La multitud ni siquiera imagina semejante tesoro: vive hipnotizada por atracciones que la mantienen en el territorio de la irrealidad, de las ficciones disfrazadas de trascendencia. Buena parte de las patologías contemporáneas emerge de tal desperdicio de energías generativas, que al no ser puestas en acción, se malogran produciendo efectos ajenos a su raíz infinita.

Nada de esto tiene implicancia "esotérica". Este término de origen griego designaba doctrinas de misterios antiguos a los cuales sólo tenían acceso los elegidos. Cuando dichas enseñanzas se comunicaban a los profanos, eran entonces consideradas "exotéricas". Un maestro reservaba la enseñanza esotérica para sus discípulos selectos, en tanto la exotérica era comunicada de modo accesible en disertaciones públicas sin restricciones. Esta modalidad se halla virtualmente en las grandes religiones tradicionales como en otros credos de menor expansión.
El esoterismo, como doctrina o práctica espiritual, sostiene que la enseñanza de la verdad —religiosa, científica o filosófica— debe restringirse a una cantidad limitada de iniciados, ya sea por su capacidad intelectual o por su riqueza moral. Todas las religiones antiguas aplican tal diferenciación. En el Bhagavad Gita , libro magno del hinduismo, se lee: "Si conoces toda la verdad, guárdate de perturbar la mente de quienes no están preparados para recibirla, porque las enseñanzas inoportunas o prematuras los apartarían de la acción en que sólo ven la verdad a medias y quedarían extraviados y confusos". Este criterio también es aplicado por los teólogos cristianos.
Al remarcar con esto que no estamos hablando sobre un pasaporte hacia alguna ciencia oculta, sino —en cambio— sobre una sabiduría natural sumergida, evitamos caer en el campo del ocultismo (donde se agrupan todos los fenómenos que no logran ser explicados por las leyes naturales) o del hermetismo (surgido de la sabiduría divina del dios Thot y de las enseñanzas de Hermes Trismegisto, mítico rey del antiguo Egipto versado en la magia, la alquimia y la astrología, cuyas obras —fusión de ideas egipcias y griegas— se conocen como Libros Herméticos).

Tampoco situamos esta latitud del discernimiento en la órbita del gnosticismo, fragmentado en infinidad de escuelas y corrientes con interpretaciones discordantes sobre la naturaleza de Jesús, la emanación, la redención y la caída. Como se sabe, en griego gnosis significa conocimiento. Los gnósticos fueron pensadores religiosos heterodoxos en los siglos iniciales de la Era Cristiana, con un conocimiento singularmente íntimo y profundo de los misterios sagrados, oscilando entre el ascetismo y la transgresión, desde las perspectivas religiosas tradicionales de esa época.

PSEUDOPROFETAS

Ocasionalmente, algunos observadores cargados de prejuicios (o carentes de información real), ante 1) un neto rebrote de antiguas prácticas esotéricas, 2) el obvio auge de nuevos movimientos religiosos, y 3) la fuerte expansión de una corriente de pensamiento rotulada genéricamente como New Age (Nueva Era), las han mezclado peyorativa y calumniosamente con el activismo de infinitas sectas milenaristas surgidas en el final de siglo XX. No han vacilado —además— en colocar en el mismo casillero tanto a practicantes de las artes adivinatorias, como a seguidores del "fenómeno OVNI", cultos evangélicos de corte diverso, escuelas de autoconocimiento y meditación oriental, terapias alternativas, movimientos ecologistas, líneas de alimentación natural, gemas y otras heterodoxias, como si se tratase de un complot pagano para negar la existencia de Dios, Cristo o la Virgen María.

Hacia finales de los años '70, desde los Estados Unidos, comenzó a circular el concepto de frontera acuariana que, de modo persistente y expansivo, desembocó en algo que hoy —a nivel mundial— extravió su veta transformadora y pasó a ser un cóctel desnaturalizado (y por momentos retrógrado) debido a la incursión oportunista de ávidos comerciantes y pseudoprofetas de cualquier talante que inundaron las mesas de "autoayuda" en las librerías. Ya en 1983, el futurólogo Michael Marien impugnó estructuralmente el profetismo acuariano de Marilyn Ferguson, calificándolo como "síndrome del arenero", o sea, ese ángulo rectangular de la plaza pública donde las mamás meten a sus bebés "para que no embromen".
Marien puntualizaba que, si bien en el mundo es deseable una transformación radical de valores, percepciones e instituciones, ello está muy lejos de ser inevitable. Y frontalmente acusaba a los peregrinos acuarianos de contribuir con su "síndrome del arenero" a paralizar toda modificación que realmente diera una respuesta imaginativa a los atascamientos espirituales, éticos y estéticos de la sociedad posmoderna. Decía: "El síndrome acuariano del arenero consiste en una serie de conductas inducidas para mantener a un individuo o a una organización en un estado pueril de inocencia, contento con la construcción de castillos de arena, en vez de hacerlo en la vida real, trabando una dinámica de crecimiento y fabricando consuelos egocéntricos" .

No cabe duda que en ésas, como en otras actividades más rutinarias de la vida moderna (política, sindicatos, derecho, medicina o pedagogía) existen delirantes y falsarios de carácter surtido. Es indiscutible que en el "supermercado espiritual" de los albores del siglo XXI pululan grupos sectarios, totalitarios y oscurantistas del Occidente tan materialista que nos toca padecer. Pero no se puede juzgar de manera tan estrecha algo que en cierto modo comienza a configurar los temblores iniciales de un inédito paso evolutivo de nuestra especie.

El saber integrativo que nos ocupa se denomina "holístico", a partir del término griego holos (entero). No se trata de un conocimiento acabado, completo, sino de una visión expansiva, abarcadora. De allí la dificultad del cientificismo positivista o mecanicista para comprenderlo: no se puede capturar lo inmaterial desde lo material, lo infinito desde lo finito, lo eterno desde lo temporal, el misterio desde el racionalismo.

Esta nueva conciencia convergente de solidaridad universal posee, claro está, matices de religiosidad, no por inscribirse en alguna religión —pasada, presente o futura— sino porque la expresión latina religio proviene tanto de relegere (repasar) como de religare (volver a unir).

Místicos y espiritualistas de origen variado, en Oriente y Occidente, han transitado esa "consciencia cósmica" que todo lo incluye y todo lo trasciende, con rasgos de éxtasis o de beatitud. El doctor Abraham Maslow, de la tercera corriente de psicología contrapuesta a la psicoterapia de Sigmund Freud y el conductismo de B. F. Skinner, se refirió a ello como "estados cúspide". Otras definiciones encaran la religión como una emoción intensa basada en la captación de una armonía suprema entre uno y el universo, sin adscribirla a un dogma a o una institución (decisión personal de cada individuo). Durante el último cuarto del siglo XX se divulgó una cuarta corriente terapéutica que incorporó las experiencias espirituales del individuo, y que se ha conocido como psicología transpersonal. El psiquiatra Stan Grof las situó en el plano de las "emergencias espirituales", no como situación de catástrofe sino como un manantial de vivencias trascendentales. Actualmente, el filósofo Ken Wilber expresa un paso más adelante, que sencillamente denomina pensamiento integral.
Nada de ello puede definirse como "sobrenatural", "paranormal" o "parapsicológico", ni como "estado alterado de la conciencia". Se trata de nuestra fibra espiritual suprema, hoy en vías de florecer sin condicionamientos, en un mundo donde hay cada día más instituciones disputando la titularidad de Dios y más individuos agobiados por una trivialidad atroz.

Actualmente, los cultores más elementales de la Nueva Era impulsan como meta excluyente el sentirse bien, el tener éxito, el realizarse energéticamente (lo cual en sí mismo es inobjetable, excepto cuando se convierte en un arenero). En esta latitud, muchos individuos suponen que si el mundo se pudre, el problema será "de los demás". O sea: practican simplemente una especie de autohipnosis. Algo análogo sucede también en el terreno ecológico donde muchos ambientalistas advierten sobre los peligros del recalentamiento global y del cambio climático imperante, pero omiten que la humanidad padece una pavorosa crisis surgida del hambre espiritual no satisfecha.

Como de costumbre, las modas van y vienen, dejando algunos bolsillos vacíos y otros más llenos. Mientras, la violencia y la inseguridad social aumentan y la primera década del siglo XXI no promete un edén acuariano sino alguna de las arquetípicas y multipropaladas pesadillas de ciencia-ficción a la manera de la película "Blade Runner" o de la novela "Valis" del genial Philip K. Dick.

La indagadora social Ferguson identificaba su inventario de influjos y propensiones como una "revolución sin líderes". Hoy su best-seller "La conspiración acuariana" se encuentra en las mesas de saldos. El investigador Fritjof Capra trazaba a su vez los paralelos entre la física cuántica y el misticismo hindú. El científico James Lovelock aportó la hipótesis Gaia. Y su colega Rupert Sheldrake, la teoría de los campos morfogenéticos. Varios lustros después, todas aquellas intuiciones —algunas honorables, otras incompletas— han desembocado en un confuso y a ratos decepcionante megamercado pseudoespiritual. Con menos best-sellers y mucha nitidez, Miguel de Unamuno señalaba el sendero: "Fe no es creer en lo que vemos, sino crear lo que no vemos" .

En todo momento de la vida inteligente hay dos macrotendencias: una hacia la verdad, otra hacia la falsía. Una hacia la luz, otra hacia la tiniebla. Una vez, el cineasta Federico Fellini comentó : "Por cada uno que se proyecta hacia la luz, hay diez mil empujando hacia la oscuridad" . Pero en el seno de la humanidad bulle aquí y ahora una corriente convergente de solidaridad universal. Cualquier nombre que la rotule es en última instancia insuficiente. La cuestión no consiste en aceptarla o en negarla, sino en convertirse en ejemplos vivos de lo que debería ser una obra suprema. Lo demás es ruido, murmullo timorato en el bosque humano.



* El libro más reciente de Miguel Grinberg se titula "La Generación ‘V' -la insurrección contracultural de los años sesenta" (Emecé - Buenos Aires).

Mail del autor: mutamiguel@hotmail.com

16 marzo 2006

EL PÓRTICO CELESTE DE LA ALEGRÍA


¡Ay! ¿no vienes todavía?, y aquéllos, los nacidos divinos,
continúan viviendo, ¡oh día!, solitarios en lo profundo de la tierra,
mientras una primavera, siempre viviente,
apunta sobre la cabeza de los mortales, sin que nadie la cante.
¡Pero no por más tiempo!
Ya oigo a lo lejos el canto coral del día de fiesta sobre la verde colina
y el eco del bosquecillo,donde se levanta el pecho de los adolescentes,
donde se funde sosegadamente el alma del pueblo
en la más libre canción en honor del dios, al que corresponde la altura,
mas para quien los valles también son sagrados; pues allá donde gozosa
se apresura el agua con creciente juventud entre las flores del campo,
y donde maduran en llanuras soleadas el noble trigo
y los árboles frutales,
se coronan contentos para la fiesta los devotos;
y sobre la colina de la ciudad resplandece,
igual que una vivienda humana,
el pórtico celeste de la alegría.

F. HOLDERLIN

PUNTO DE LLEGADA


Estamos decolando en dirección de la Mente Universal. No hay dueños de la Verdad porque la Verdad ahora es parte de cada partícula existente en el vasto universo. Iremos, por lo tanto, enhebrando partículas y alientos.